ANECDOTA NIÑO

 Cuando era niño, uno de mis pasatiempos favoritos era jugar a grabar videos con el iPad. No era cualquier cosa para mí, realmente me lo tomaba en serio, como si estuviera grabando algo que todo el mundo vería. Imaginaba que tenía un canal o un programa de televisión, y me gustaba mucho la idea de poder mostrarle algo a los demás. En ese momento, no existía tanto la idea de ser YouTuber como ahora, pero yo ya tenía claro que lo que quería era compartir mis ideas y divertir a la gente. Pasaba horas creando historias, actuando frente a la cámara del iPad, y aunque nadie más las veía, para mí era como si estuviera haciendo algo importante.

Con el tiempo, empecé a hablar de mis sueños de ser creador de contenido, pero mi familia no estaba muy convencida de que pudiera vivir de eso. Me decían que era mejor buscar algo más seguro, que me enfocara en algo que realmente me asegurara un buen futuro. Fue ahí cuando decidí que lo mejor sería estudiar algo relacionado con los negocios y ser empresario. Pensé que, si quería lograr éxito, ese era el camino más seguro y realista. Así que, durante un tiempo, me alejé de esa idea de crear contenido.

Sin embargo, después de vivir diferentes experiencias, me di cuenta de que lo que verdaderamente me apasionaba seguía siendo lo que hacía cuando era niño: crear contenido. Todo lo que había hecho hasta ese momento me llevó de regreso a ese sueño original. Por mucho que intentara pensar en otra cosa, mi verdadera pasión estaba en la creación de videos y en la idea de poder compartirlos con los demás. Así que volví a esa idea de ser YouTuber, esta vez más decidido y enfocado, porque me di cuenta de que, cuando algo te mueve de verdad, siempre encuentras la manera de volver a ello, sin importar las dudas o las dificultades.

Ese niño que grababa videos con el iPad sigue siendo una parte de mí, y aunque en su momento dudé, ahora estoy convencido de que voy a hacer todo lo posible por cumplir ese sueño que tengo desde que era pequeño.


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